sábado, 21 de noviembre de 2009

HERIDAS QUE NO CIERRAN



La impotencia me acompaña. No tengo de la infancia, más que ésa sensación. Se pegó a mí, desde aquella vez que mis padres me golpearon, con saña, hasta dejarme tirada como animal herido. Me acusaron de una falta que yo no había cometido. Ese día aprendí que, sin razón alguna, alguien puede enojarse conmigo y atacarme.
Es por eso que me siento, siempre, de frente a la puerta de entrada, para vigilar al agresor, que sé, vendrá por mí. Si estoy de espaldas, comienzo a gemir lágrimas mudas, con las manos crispadas. A mis familiares y amigos se los he contado. Me ceden el asiento sin hacer ningún comentario.
He intentado huir, lejos. Pero cuando llego a puerto mi barco se ha fugado. Sé que él se ha quedado. No abandonará su presa.

sábado, 14 de noviembre de 2009

CUANDO SOÑAR CUESTA MUCHO


A veces necesito soñar como vos como todos
con un mundo redondo y sin fronteras
como un globo verde no como una pelota de futbol

Donde los derechos humanos no serán una dádiva porque son carne de la carne del pueblo
las puertas no necesitarán cerrojos
y los jueces se aburrirán por que los juicios serán pocos

Los árboles tendrán raíces tan profundas que nadie las podrá cortar
atravezarán el mundo como agujas de tejer y nacerá un retoño
El agua será tan transparente que la gente no necesitará espejos

Niños de todos colores jugarán a la ronda al sol a toda hora
no serán chicos de la calle sino en la calle

Con piedras calientes que tostarán pan que se multiplicará y alcanzará para todos

Donde no se utilizará el diario solo de plantilla para alpargata o escudo contra el frío

Tal vez…algún día despertaré y soñar no me hará falta tal vez…