Fue en ése día, no en
otro. Fue en ése momento
y no en otro. La playa lacia de arena se ofrecía generosa a los turistas. Un
enjambre de ojotas iban y venían por su orilla. Un niño, entre ellas, jugaba a atrapar el mar en su balde
rojo. Su madre, a cierta distancia, lo
vigilaba. Solo se dió vuelta un momento para
recibir el mate que le alcanzaban. Un
hombre se agachó, levantó al niño, le tapó la boca y corrió. El balde rojo se quedó solo.
domingo, 9 de diciembre de 2012
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