viernes, 5 de marzo de 2010

BUSCADO

Teatro Nacional Cervantes (Argentina)

El teatro está colmado. Las luces apuntan hacia los brillos de las joyas de las mujeres. El telón todavía no ha sido levantado. Un hombre aparece caminando por el borde del escenario con miedo a caerse. La sorpresa de los espectadores hace que callen los murmullos.
El hombre carraspea y luego comienza a hablar: Estoy aquí mirándolos y ustedes a mí. Ya se habrán dado cuenta que no soy uno de los actores de la obra que han venido a ver. No se impacienten. Tuve que convencer al dueño del teatro para que accediera a darme unos minutos para pedirles un favor. Necesito saber si ÉL ( el que busco), está aquí. Mamá decía que ÉL iba todos los sábados al teatro (y... hoy es sábado); que ella también hubiera querido hacerlo, pero una lavandera no podía darse esos lujos; ÉL sí. Pensá que era el hijo del gobernador de la provincia (justificaba con ternura). Ayer quise ir a su tumba con la esperanza de encontrarlo. Será inútil (me dijeron), los muertos no yacen en sus tumbas. ¿Y entonces… donde está mi padre? (me pregunté). ÉL no me quiso conocer, pero no ceso de buscarlo. Les daré datos de su fisonomía que he recogido por ahí: siempre viste de traje y corbata, zapatos bien lustrados y peinado “a la gomina”. Tiene un gesto adusto, como de alguien enojado con la vida, pero sus ojos…sus ojos denotan una dulzura triste. Miren a los que tienen a su lado antes que se apaguen las luces y si lo reconocen, les ruego me lo digan: necesito obtener respuestas para poder comprender. Disculpen el tono de mi voz y mis lágrimas. Sé que muchos de ustedes están pensando: ¿a mí que me importa lo que éste tipo está diciendo? Están en un error, ¿qué es sino el teatro?: el reflejo de la vida… Perdón, tengo que dejarlos: llegaron a buscarme esos dos hombres de blanco, que son los que me cuidan. Si lo ven a ÉL, ya saben dónde encontrarme. Gracias.
El hombre hace una reverencia y se retira por donde llegó.

6 comentarios:

  1. Hermoso. Los que sabemos que nos falta algo a nuestra identidad lo sentimos desde otra profundidad. Hay un poema de Hugo Mújica que dice lo más profundo no es la raiz, es lo que queda cuando la hemos sacado.

    Besos

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  2. GRACIAS DANIEL. Lo escrito por Mujica es muy profundo y alentador.
    Un gran abrazo.

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  3. Irene
    me gusta mucho como estas escribiendo. te mando un fuerte abrazo, tu amigo literario de la primera hora.

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  4. Jorge:
    El sentimiento es recíproco. Ahora que nuestro camino se va a bifurcar un poco, espero sigamos conectados.

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  5. Fiel reflejo de tiempos pasados, cuando los empleados de una casa, eran obligados a prestar toda clase de servicios.
    Muchos hijos enloquecieron, por la lucha en búsqueda de sus orígenes, negados por los grandes apellidos.
    me gustó tu escrito, estimada flor de ceibo, dejo un abrazo para ti comprovinciana.

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  6. ...y sí, los grandes apellidos tienen sus estatuas (aún en los cementerios) como sucede en Villa María.
    Tus fotos son preciosas. ¿En qué lugar de Córdoba vivís?
    Un abrazo calentito de sol.

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