viernes, 18 de diciembre de 2009

Foto: Jorge tebes

Si pudiera cruzar el puente. Aunque fuera solo éste, pequeñito y frágil...

viernes, 4 de diciembre de 2009

PUBLICACIÓN EN BRÉTEMA

Nuestros amigos del Grupo Poético Brétema me han honrado con la publicación de un poema de mi autoría: A PEDRO.
Lo podés leer en: http://grupo-brétema.blogspot.com/ o en mi blog: http://irene-elrevesdelavida.blogspot.com/.
Desde Argentina, ¡GRACIAS!

martes, 1 de diciembre de 2009

MUNDO SUBURBANO

Foto: Jorge Tebes

Mientras tomaba un café, por la tarde, vio el noticiero. Decidió salir a caminar unas cuadras por el barrio, a tomar un poco de aire fresco. Tomó hacia la izquierda para no encontrarse con la villa Sarmiento: allí viven, impunemente, los dos chicos que asesinaron al almacenero. De la casa de al lado salió un olor nauseabundo a pis. Vio en el porche, un sillón viejo cubierto con una frazada deshilachada: era un nido de gatos. El marido opina que es mejor que tengan gatos para que se coman las ratas. Metros más adelante esquivó un pelotazo de los hijos de los “ocupas”. Están allí, porque coimean a un concejal. Antes de llegar a la esquina tuvo que bajar a la calle. Había un local abandonado, una vereda mitad rota y mitad pastizal. Un cartel bamboleante que se resistía a morir decía: “Carnicería, La vaca loca”. Imaginó que el antiguo dueño, nunca llegó a enterarse qué es eso de la vaca loca. Pasó, lentamente, un auto de vigilancia de la policía de la provincia. No le prestaron atención, quizá porque era una señora mayor. Los vio detenerse en el puesto de pizzas y llevarse una. Seguro no la pagaron y el dueño ni chistó, pensó. Cruzó la calle y siguió. Se levantó viento, que arrastró bolsas de supermercado y botellas vacías de gaseosas. Se acercaron dos perros vagabundos que le ladraron. Rezó como le enseñó su abuela: “San Roque, San Roque, que este perro no me toque”. Tal vez ella tenía razón, porque desviaron su atención hacia una bolsa de basura rota que mostraba restos de alitas de pollo. Un hombre arrastraba un carro artesanal cargado hasta el tope con cosas descartadas por otros; por un momento se tomó un descanso y siguió, camino a la Villa Sarmiento. Ella había salido a tomar un poco de aire. Él necesitaba todo el aire para continuar. Un letrero de un galpón le llama la atención: “Compro cobre, plomo, bronce, sin”. ¿sin?: no lo entiende. Vio venir a cuatro muchachos. Llevaba puesto el anillo de casamiento, que no se podía sacar ni con jabón, y ni una moneda en el bolsillo. Su instinto le dice que debe cruzar la calle; no lo hizo. Cuando pasaron a su lado se dio cuenta de que eran alumnos de la escuela vespertina Nro. 46, donde también estudiaron sus hijos. Lo hicieron en turno mañana, claro. Al vespertino van los que no pudieron o no quisieron estudiar en su niñez. En su interior siente la necesidad de pedirles perdón por prejuzgar, pero la jerga en que hablaban ellos la contuvo.
Sin darse cuenta llegó a la estación Tropezón. Nubes negras presagiaban que iba a llover. Decidió tomar un remis, pero recordó que no traía dinero. Le explicó a un remisero que le pagaría al llegar a su casa. Él desconfió, la observó de pies a cabeza, pero accedió. Al llegar le pagó y le dio propina por el favor.
En el cartero encontró una nota: “Pasé y usted no estaba”. Era de un tipo que decía vigilar el barrio por las noches. Nunca le dejó el número de su celular. Ella le pagó igual, como siempre, porque tal vez por eso nunca han entrado a su casa a robar.
Cenó mirando la tele, pero no el noticiero. Ya lo vio dos veces en el día (una, en vivo y en directo) La comida pedida al delivery, se le atragantó.

sábado, 21 de noviembre de 2009

HERIDAS QUE NO CIERRAN



La impotencia me acompaña. No tengo de la infancia, más que ésa sensación. Se pegó a mí, desde aquella vez que mis padres me golpearon, con saña, hasta dejarme tirada como animal herido. Me acusaron de una falta que yo no había cometido. Ese día aprendí que, sin razón alguna, alguien puede enojarse conmigo y atacarme.
Es por eso que me siento, siempre, de frente a la puerta de entrada, para vigilar al agresor, que sé, vendrá por mí. Si estoy de espaldas, comienzo a gemir lágrimas mudas, con las manos crispadas. A mis familiares y amigos se los he contado. Me ceden el asiento sin hacer ningún comentario.
He intentado huir, lejos. Pero cuando llego a puerto mi barco se ha fugado. Sé que él se ha quedado. No abandonará su presa.

sábado, 14 de noviembre de 2009

CUANDO SOÑAR CUESTA MUCHO


A veces necesito soñar como vos como todos
con un mundo redondo y sin fronteras
como un globo verde no como una pelota de futbol

Donde los derechos humanos no serán una dádiva porque son carne de la carne del pueblo
las puertas no necesitarán cerrojos
y los jueces se aburrirán por que los juicios serán pocos

Los árboles tendrán raíces tan profundas que nadie las podrá cortar
atravezarán el mundo como agujas de tejer y nacerá un retoño
El agua será tan transparente que la gente no necesitará espejos

Niños de todos colores jugarán a la ronda al sol a toda hora
no serán chicos de la calle sino en la calle

Con piedras calientes que tostarán pan que se multiplicará y alcanzará para todos

Donde no se utilizará el diario solo de plantilla para alpargata o escudo contra el frío

Tal vez…algún día despertaré y soñar no me hará falta tal vez…

domingo, 25 de octubre de 2009

MARUMBA


Äfrica. Media mañana. Sol. A Marumba le gusta jugar mientras sus padres trabajan en la plantación de bananas. Compite con su sombra. Va rotando su cuerpo intentando que ésta lo acompañe. No lo consigue. Ella permanece en el mismo lugar. Al medio día deja de de hacerlo porque su sombra se va, él no sabe donde. Más tarde vuelve y el juego continúa.
Marumba ha enfermado. La fiebre de la malaria lo consume en su catre. Se siente muy decaído y no piensa en jugar. Han venido los trabajadores de la salud en la clínica móvil y lo han medicado. Pasan cuarenta y ocho horas.
El niño negro se siente ágil. No tiene ya dolores musculares, ni hambre, ni sed. Solo quiere jugar. ¿Dónde andará mi sombra?, se pregunta.
Africa. Media mañana. Sol. Todo tiene su reflejo; Marumba grita a su amigo Kunta: por qué no encuentro a mi sombra.
3 de junio : día de los mártires en UGANDA

miércoles, 21 de octubre de 2009

SE HACE CAMINO AL ANDAR


Fango todo fango negro pegajoso ellos yo con ellos
La muerte ríe
Pies descalzos, botas, zapatillas…
Frío, hambre y sed
Manos unidas, uñas clavadas, sangre
Avanzan sin noción de distancias ni de tiempo solo avanzan
No saben que están subiendo
Pupilas sin chispas, pestañas cargadas de salpicaduras de barro ven una luz arriba
y avanzan, como antes, como siempre y llegan
a la tibieza, a la mesa con mantel blanco, con platos para todos
Levantan las copas y brindan

lunes, 19 de octubre de 2009

EN NEGRO




Un cuarto y otra puerta; inviolable
Los sueños astillados de los locos
Botas que abren puertas a patadas: entran, buscan, encuentran y queman libros
miradas huidizas que dicen “y…por algo será”
Hombres de negro, con anteojos negros, con armas negras, con listas negras
Una madre, que parió sobre una sábana sucia, muerta
una mujer con las mamas secas mece a un niño robado
Un trofeo negro de mundial de futbol
banderas. Miles de banderas. Unas flameando victoriosas; otras cubriendo féretros
Pares de huecos oscuros pidiendo justicia
pañuelos blancos mojados de lágrimas
Y el sueño, siempre el sueño...

SANGRE

foto: J.T.

¿Dónde hay un mango, viejo Gómez? ¡Se lo han limpiao con piedra pómez!

Ivo Pelay (argentino)

-Mi abuela me lo contó (y no era de las abuelas que cuentan historias de mentiritas): quedó viuda y con hijos, en una época muy fulera (para los pobres, me aclaró). Lavaba ropa para “afuera”. Ganaba un peso por día. Un día encorvada sobre una pileta grande, llena de agua bombeada por ella, una tabla de madera para fregar y un pan de jabón. Fregaba, fregaba y seguía fregando. Vaciaba la pileta, volvía a bombear hasta llenarla y enjuagaba la ropa. La volvía a enjuagar por segunda vez y la colgaba en la soga del patio, rogándole a tatita dios que no lloviera. Había cosas que no le gustaba lavar: las toallitas higiénicas (las que no se lavan, se tiran después de usadas, no existían todavía). Lavaba las verdaderas, las de tela, esas que no tenía para usar (cualquier trapo tenía que venirle bien), las que usaban las niñas de sociedad cuando menstruaban. Esas, empapadas de sangre ajena, eran las que lavaba mi abuela. Las tenía que entregar bien blanquitas. Lo que no me dijo es si ya se usaba lavandina.

jueves, 8 de octubre de 2009

TODO EN UN INSTANTE


El ¡Hola má…! de mi hijo, me distrajo. Su voz sonó más dulce que de costumbre. Debe ser porque hace tiempo que no viene por casa, pensé. Dejé de mirar la pantalla de la computadora. Me saqué los anteojos. Di vuelta la silla, hacia él, para saludarlo. El movimiento me provocó un fuerte dolor en las rodillas. Maldecí por dentro, como siempre, la humedad de Buenos Aires. Escuché un portazo que me sonó a marido; a marido furioso. Uno de estos días, me dije, esa puerta se va a caer. Me fastidió que la abuela levantara, bajara, volviera a levantar, a bajar el volumen de la radio, en la que sonaba “Cambalache”. La oí llorar. No me preocupé. Ese tango siempre la hacía llorar. Los chicos decían que era porque le hacía recordar al abuelo (No sé. Yo lo canto cuando estoy con bronca; no porque me haga recordar a papá) Olí a carne quemada. Estuve a punto de levantarme para ir a apagar el horno; pero no. Si Mario comía carne quemada, que se jodiera (por el portazo, me dije) Me quemé un dedo con el cigarrillo. Con una curita evitaría que todos empezaran con el consabido: “tenés que dejar de fumar”. Sonó el teléfono. Nadie atendió. Alejandra casi nunca lo hacía, menos cuando estaba triste. Seguro estaba encerrada en su cuarto. A la abuela ya no se la escuchaba. Seguro que, cansada de tanto llorar, se había ido a recostar un rato.
Escuché el silencio. Miré a mi hijo. Lo volví a mirar. ¿Cuántas veces se puede mirar a un hijo en un instante? Todas.
Estaba maquillado. Todo su rostro maquillado: de rojo, de negro…Ahí, parado frente a mí, como esperando una respuesta a una pregunta que nunca me hizo. Flashes de imágenes de su niñez y adolescencia, se sucedieron en mi mente. Él, llorando porque su hermana no le presta la muñeca. Alejandra que se burla. Su padre insistiéndole que siga jugando al futbol en el club del barrio. Yo molesta porque nunca encuentro mi crema hidratante en su lugar. Sus largas conversaciones con su único amigo, en voz baja, en el porche, a la hora de la siesta. La abuela que rezonga porque su nieto pasa tanto tiempo en el baño, peinándose, frente al espejo. La tarde que nos dijo, a los dieciocho años, que se independizaba. Yo pensado cuánto lo voy a extrañar. Yo contenta leyendo un mensajito, donde me dice lo feliz que se siente.
Nuestros ojos hablaron. Me levanté. Nos abrazamos. Igual que aquella vez que, a pesar de haber estudiado tanto, lo reprobaron y su padre lo castigó prohibiéndole salir los fines de semana.


miércoles, 23 de septiembre de 2009

ILUSION


Ella deshojaba margaritas. Me quiere. No me quiere. El último pétalo, nunca fue un me quiere. Terca, como era, igual se casó (como dios manda). No son felices ni comen perdices. Todavía su alma de niña sigue arrojando pétalos al viento.

lunes, 21 de septiembre de 2009

EL ALAMBRADO


Clara nunca fue feliz. Carita de noche sin estrellas, de luna con halo anunciando precipitación de lágrimas. A sus pies morían las golondrinas. No le sirvieron de nada sus tres años de sicoanálisis ni los remedios del siquiatra. Un día cualquiera se sentó a observar, desde lejos, el alambrado (eso fue el comienzo de todo). Hacerlo, pensando en qué sabe qué, se convirtió en su obsesión. Otro día cualquiera, se acercó a él. Era muy alto. Aunque viejo y herrumbrado, no tenía ni un agujero. Lo trepó y saltó al otro lado.
En la caída se rasgó el vestido. Uno de sus muslos quedó al descubierto. No le importó. Comenzó a andar por un sendero de tierra. Luciérnagas la llamaban desde lejos. De la nada, apareció un hombre joven a su lado que le preguntó si podían seguir juntos. Ella, sorprendiéndose a sí misma, aceptó. Siguieron en silencio. Clara tropezó con una piedra. El la sostuvo y evitó la caída. Le masajeó suavemente el pié dolorido, la pierna y el muslo, con zumo de pétalos de flores silvestres. El dolor desapareció. Al cabo de dos horas, Clara dijo tener hambre. El sacó de su bolsillo un pequeño pan y le ofreció la mitad. Comieron. No quedó ni un rastro de migas, como las que dejaron Hansel y Gretel. La ciudad todavía estaba lejos. Ya era noche plena. Cansados decidieron hacer un alto. Se tendieron en el pasto. Clara tenía frío. El sacó de su mochila una campera con la que se cubrieron. El sol de la mañana los encontró abrazados. Se levantaron, siguieron, pisaron el silencio, rompieron el reloj que interrumpe los sueños bellos. Liberaron palabras y risas, con dientes abiertos, que bailaban en el aire. Contagiaron al Sol que largó una carcajada. Pensó que lo dicen los astrónomos que un día él se apagará, son puras paparruchadas.

sábado, 19 de septiembre de 2009

EN LO OSCURO



Cortaré el hilo de mi careta
Saltaré la tapia
Viviré
en lo oscuro
donde habitan mis fantasmas
oscuros
No quiero puertas ni ventanas
luz que me abrace
y me delate
Viviré
como
lobo y su jauría
rata en la cloaca
gusano en la carne
putrefacta
Viviré
desnudo
resignado
sin esperanza de muerte redentora.

sábado, 12 de septiembre de 2009

ESTA NOCHE NO ES NOCHE...


Anoche se tumbó entre la gente. Entre los que se empujaban en la escalera para alcanzar el último subte. Se preguntaba, como siempre, donde estará mamá. Quiere creer que, equivocada, se mezcló entre una bandada de gaviotas. Reza todas las noches para que regrese. No es verdad que vendrá ; no es verdad que no vendrá. Se tapó con harapos. Tenía frío (mucho frío, pero sudaba), los dientes le castañeaban, la frente le hervía y su garganta estaba seca. Su cuerpo se fue encogiendo.
Una suave caricia lo despierta. Está oscuro. Solo distingue siluetas. De algo está seguro: no son los perros que a veces lo acompañan, ni el ciego del bastón, ni el poli que lo hecha de todos lados. No escucha voces. Está nadando en un líquido cálido. Está desnudo, sin miedo, ni hambre, ni sed. Tiene una sensación, leve, placentera, de haber estado ya en un lugar como éste .Tal vez esté soñando (no quiere estar soñando). Escucha la voz de una mujer que se queja de dolor. Otras voces le dan ánimo. La curiosidad por saber qué ocurre afuera lo lleva a espiar. Descubre un canal y se desliza por él. Una fuerza extraña lo hace girar, girar, girar. Escucha resoplar a la mujer y a alguien que le dice: ¡Fuerza mujer, que ya viene! Lo toman de la cabeza y lo arrastran. Ahora sí tiene miedo, pero no se resiste y sale. Un hombre de blanco exclama: felicidades señor y señora Alvares: éste es Pedro.

viernes, 11 de septiembre de 2009

DE BUENOS AIRES A GUALEGUAYCHÜ


Gualeguaychú. Foto original: J.T.

Lavadero: auto limpio. Bolso, mate, bombilla, yerba, azúcar, termo con agua caliente, heladerita...
¿Cargaste nafta? ¿Llevás plata? ¡No te olvidés de los documentos! La partida temprano para alargar el tiempo. Autopista. Por esta vez, sin accidentes. Campana. Niebla que todo lo envuelve. Cinturón de seguridad. Parada en la banquina: dos horas. Puente Zárate-Brazo largo, cerrado. Otra vez la espera. Lo abren. Pagar el peaje: un afano de los concesionarios. Vista del rio. Serenidad. Preparar el mate. El agua del termo se enfrió. No tomar mate. Putear. “Algo” que dice ser un homenaje a Gilda. El recuerdo de su voz: “y deshicimos las valijas antes de emprender el viaje…”. Nudo en la garganta y una lágrima. Primer control. El tipo que dice que estás excedido en velocidad (aunque no lo estés). Discusión. Que sí, que no. Coima. De cansado, coima. Autos y camiones que no respetan las líneas amarillas. Bronca. Dolor de piernas. Ganas de hacer pis. El baño de la estación de servicio sin papel higiénico. Los pañuelitos descartables convertidos en multiuso. Seguir. Soja y más soja. Pocas vacas en los campos. Encender la radio: hablan del impuesto a la soja. Apagar la radio. Auto que casi te lleva puesto. Hambre. Productos regionales: queso, salame, perdiz en escabeche, mermeladas. Todo al sol, que abrasa al mediodía. Otro control. Más dolor de piernas. Tobillos hinchados. Calor. Deseos de tener aire acondicionado. Cartel. Bienvenidos a Gualeguaychú. Adiós al cinturón de seguridad. Compras en el supermercado. Más calor. Cerveza con maníes en un bar. Cinco clientes discutiendo en voz alta sobre abrir o no el puente A Uruguay, cerrado como boicot a la papelera Bosnia establecida allí.
El primero - El puente tiene que seguir cerrado. Bosnia contamina las aguas. Pensemos en el futuro de nuestros hijos.
El segundo - Sí, pero mientras tanto los turistas no vienen y a mis hijos ¿quién les da de comer? Menos mal que nos salva el carnaval.
El tercero -¿A los políticos que les importa? Si hubieran puesto la planta en ésta provincia no hubieran protestado. Hubieran hecho sus propios negociados.
El cuarto- Por supuesto. ¿Acaso denuncian la contaminación de las aguas aquí, en Argentina? Solo lo hacen los ecologistas.
El quinto- Se rumorea que Bosnia mandará la pasta de papel, aquí a Entre Ríos, para ser procesada. Veremos …
Parque Unzué. El rio. Asado y una botella de vino. La colchoneta y la siesta en la orilla.
Las orillas: ¿unen o separan? Despertar. Atardecer. Sol que juega con sus últimos rayos. Rio con estrellas y pececitos dorados que bailan. Volver a Buenos aires. No querer volver. Cartel a la salida del parque: “Que la naturaleza te haya devuelto la alegría"

lunes, 7 de septiembre de 2009

...a PEDRO


A Pedro las promesas de vida se le coagularon
no hubo ruego que lo ayudara a patear la muerte
ni siquiera los prodigios de Lulios Obsequens

La voz de un cura se ocupó de cantar en su memoria

Observé el cortejo fúnebre
Observé queriendo demorar el paso del tiempo
en la espera con rumor a lilas
obsecionado con lo que tenía que ocurrir no ocurriera
No fui obsecuente con la muerte
como perro conformado con los huesos
Las siluetas se movieron vestidas con observancia a la ley
de negro
Los enlutados se ocuparon de llenar con tierra el agujero y el vil ataúd

Padre: ¿No hay para Pedro un féretro donde no falte la luz?

lunes, 31 de agosto de 2009

EL CÏRCULO



Curioso
te intriga mi tapa con olor a nuevo
Intruso
me lees con avidez sin tiempo a subrayar
aunque quisieras
Inicias un viaje sin destino
deslizándote por la bitácora de vidas ajenas

El misterio se devela
Te apropiaste de mí
Me he apropiado de vos
La yerra marcó a fuego
El círculo se cierra
Estamos condenados a cadena perpetua
yo
vos
los dos
UNO

miércoles, 26 de agosto de 2009

LA HOJA


¿Por qué me atemoriza? Es sólo una hoja. No verde, no amarilla, blanca. Me mira inquisidora y demandante. Intento poblarla de palabras. Se rebela. A ser teñida de negro, se rebela. Desafiante, la punta de mi lápiz la hiere. Le agujerea la cabeza y el corazón. Se tiñe de rojo. La arrugo y la descarto. Me arrepiento. La aliso suavemente. Ella, mi mano y mi lápiz, somos rojos. Reconciliados, borrachos de pasión escribimos una historia; nuestra historia delatora de secretos.

A MI QUERIDÏSIMO CHRISTOPHER JOHN FRANCIS BOONE

GESTOS


No entiendo a los adultos. Son muy complicados al hablar. Por eso observo sus gestos. Sé, si mamá está triste o alegre con solo mirarle los ojos; si papá viene con ira o resignado porque no encontró trabajo, observándolo comer. En la plaza, me doy cuenta que pide el señor de la silla de ruedas cuando extiende su mano y su agradecimiento cuando alguien le da una moneda. Me da asco el gesto lascivo, insultante, que hace el vecino cuando pasa mi hermana. Me gusta el abrazo callado, amoroso, sincero, consolador de mi compañerita de banco, cuando me saco una mala nota.
Igual, a veces, no entiendo a los adultos. Me confunden cuando la sucesión de sus gestos es muy rápida (como en alguna peli policial)

insultante amoroso
sincero mentiroso
lascivo consolador
............ ..................
………………………………………………………..

domingo, 16 de agosto de 2009

...Y VOS ¿QUE SOS?



Apareció de la nada. Vestía de negro. Se sentó frente a mí. Comenzó a hablar. Soy un espíritu. Adquirí forma humana para no asustarte. Deseo hablar con vos. Sólo con vos. Mi identidad debe quedar en secreto. Tentado por mi orgullo quiero, al menos, un testigo. Vos sos el elegido. Pertenezco a una especie que se multiplica cada vez más. Fuimos creados por hombres con poder. Como yo existen muchos otros dispersos por el mundo. Podemos materializarnos en personas, animales o cosas. Pertenecemos a una organización. El cuerpo directivo es el que nos ha ordenado la misión a cumplir. Pronto completaremos nuestra tarea.
Yo estaba más concentrado en mirarlo que escucharlo. Se transformó. Era dos tetas y un culo, una cara de payaso, una tarjeta de crédito, una crema antiarrugas que prometía milagros, las estadísticas del Indec, un jugador de futbol o un político que respondía preguntas con un chip en su cabeza…
¡Che, no me estás escuchando!, dijo con bronca. Otra vez era el hombre de traje negro.
Si su misión es tan importante por qué sigue hablando conmigo, pregunté. Veo que no has entendido, contestó. Los de mi especie gozamos de algún tiempo de descanso. Es un premio a la excelencia de nuestro trabajo. Te daré una prueba. Encendió el televisor, hizo zapping durante algunos minutos y me dijo, ¿viste? quedan pocos rebeldes.

jueves, 13 de agosto de 2009

NaViDaD




De pequeña me dijeron que todos los veinticinco de diciembre el concededor de sueños recorría las calles del barrio. A cada niño le concedía su sueño, antes del amanecer, aunque no se lo hubiera pedido. Él lo sabía todo. Bastaba con dejar los zapatos a la vista. Un veinticuatro de diciembre decidí probar. Puse mis alpargatas deshilachadas en el frente del zaguán. Me acosté lo más temprano posible. Dormí solo de a ratitos.
A la mañana, fui la primera en levantarme. Corrí al zaguán. Mis alpargatas contenedoras de sueños estaban llenas de caramelos. Me decepcioné. Salieron a la calle mis amigas a mostrar lo que el concededor de sueños les había dejado. Laura mostró un juego de té. –No lo toquen que lo van a romper- dijo. Isabel reía subida a su nueva bicicleta. No nos animamos a pedirle que nos dejara dar una vuelta. Andrea tenía en sus manos un libro grande. – Es de cuentos ilustrados- dijo. Claro,- pensé- sos cuatrocha y el libro debe tener letras grandes para que lo puedas leer. Llegó Ana con una muñeca articulada que movía sus ojitos y que, si la apretaban, hacía pis y lloraba. ¡Mi sueño estaba en sus manos! –No-me dije- el concededor de sueños se equivocó.
Me senté en la vereda a comer mis caramelos y no las convidé.

jueves, 6 de agosto de 2009

NEOLOGISMOS CASEROS




Estaba con bronca y cansado. La batalla se alargaba. A pesar de eso no aflojaba. ¡Qué legufos, éstos nazis! se decía,tengo que filistearlos a todos. Cuando veía uno, lo centraba y disparaba con su pindringo. Pocas veces acertaba. - ¡legufo!- decía bajito. No gritaba, porque su superior había prohibido hacerlo dentro del cubículo. Disfrutaba tanto filistear que lo hacía, aún en su hora de descanso. Se lo tomaba tan a pecho que no veía, ni escuchaba a sus compañeros, hablar y mostrar fotos de mujeres.Usar su prindingo lo descargaba más que un whisky. Lo hacía especialmente de noche, sin importarle las consecuencias. Su compañero se enojaba con él, porque no lo dejaba descansar. Cuando lograba filistear a alguien, se premiaba con un chocolate. Una de ésas noches, filisteó a tantos enemigos, estaba tan feliz que perdió la noción de la hora. Lo iluminó la penumbra del amanecer y el sol de la mañana. Tomó café, pero el cansancio lo venció. Lo encontró su compañero, tendido en en el suelo, babeando un líquido marrón.

jueves, 23 de julio de 2009

LOS DOMINGOS POR LA NOCHE




La gente está encerrada en sus silencios
Nadie mira las luciérnagas del cielo
Apresuran el mañana con el despertador

Cenan algún que otro desecho del almuerzo
El café queda olvidado en la alacena
Las risas de los niños se apagan
Aparecen de la nada los piyamas

La calle se siente sola
no se escuchan las baldosas
solo algún coche retrasado


Hay tristeza de vacaciones terminadas
se teme y se desea que el día finalice
para poder meterse en la cama
sin sueño


COLORES



Una veleta de colores girando
en un balcón
Se mezclan
el azul y el verde
el verde y el rojo
el rojo y el amarillo

conmigo
abajo
mirando

Una mano se la lleva

Y yo abajo
atrapado en
los colores…




sábado, 18 de julio de 2009


foto: Jorge tebes



BRONCAS DE UNA MUJER MÁS QUE CRECIDITA

Me da bronca
Que me violaran
acariciando mi piel
cuando era niña
y no contarlo
Haber tenido mi primera relación sexual
por miedo a la soledad
Haber creído que una mujer embarazada
soltera
era una puta

Me da bronca
La partera que te trataba como puta
y se beneficiaba haciéndote un aborto
El cura que decía que eras una puta
si tu mirada se le insinuaba a un chico
El conserje del hotel alojamiento
que te miraba como a una puta
Los hombres que no usaban profilácticos
porque les disminuía el placer.
No haber seguido mis estudios de ballet clásico
porque mis padres decían que el partenaire te tocaría la cola
Que no salga la ley
que legalice el aborto
No haber conversado
con una puta

Me da bronca
más bronca
no poder matar esa bronca
como a un perro rabioso



jueves, 16 de julio de 2009

MI MUÑECA


Sos mi muñeca articulada
Juego con vos al no-juego
A veces te pinto una sonrisa roja
otras lágrimas negras
Muevo tu cuerpo cuando el mío se niega
Muevo tu cabeza para que digas
sí/no
para no herir
Te visto
de fiesta
de luto
Te desnudo
Te clavo los tréboles de mis manos en los ojos
para que no me mires
Te escondo con pudor

Cuando te resistís a mis antojos te odio
Un día de éstos te aplastaré
y moriré

martes, 14 de julio de 2009

AL ZAIPER

" ËSTE ESPACIO ESTÁ DEDICADO A LOS QUE CUANDO LES DECÏS QUE SOS ARTISTA, TE PREGUNTAN ¿Y DE QUË TRABAJÄS?

Cita de Canal (a)

jueves, 9 de julio de 2009

PRIMAVERA


a ...J.T.

Hoy se me ha dado por mirarte
Mirarte de nuevo después de tanto tiempo
mirarte de soslayo
mirarte de puntillas

Tus ojos tienen chispas
renovadas
renuentes a apagarse
Tus manos son más grandes
más anchas de tanto acariciar
atravesadas por nervaduras de vid que ha dado frutos
Tu cabello ha encanecido
sin ocultamiento
digno
sabio
La piel de tu rostro tiene surcos
de tristezas
de abandonos
de alegrías
de retornos

Me enamoro a los diecisiete
otra vez
y otra vez
y mil más
No paro

sábado, 27 de junio de 2009


LA BUSQUEDA


Salió a la calle. Con paso firme, caminó por Corrientes. Entró a una librería cualquiera. La recorrió. Vio al fondo una salita de lectura donde se podía tomar un café. Sonrió. Recorrió las mesas de los libros en oferta. Se detuvo en la que el cartel indicaba: sexo. Había alguien leyendo un libro de tapas rojas. Tomó el libro que estaba debajo de una pila. La pila se desmoronó y cayó al piso. La persona que estaba leyendo se sobresaltó. Entre los dos recogieron los libros.
Le propuso tomar un café. Fueron hacia el fondo. Se sentaron. Se encontraron sus miradas, sus manos, sus piernas…Pidieron dos cafés. Se dirigieron al baño. Se encontraron sus miradas que expresaban deseo voluptuoso, sus manos recorriendo ávidamente el cuerpo del otro y sus piernas abiertas sin censura. Rápido llegaron las contracciones rítmicas de sus músculos genitales, el delirio y el éxtasis. Volvieron, plácidos, a la salita. Los cafés ya estaban fríos. Pagaron y se separaron.
Llegó a su casa. Su pareja preguntó -¿Dónde fuiste? - A comprar un libro,-respondió.

DESGARRO


No se los pedí a ninguno de los tres. Sé que lo hizo ELLA; no con cual de los otros dos. Aquí estoy. Ahora ELLA ya no está conmigo. Ni el inocente ni el cómplice lo estuvieron nunca.

viernes, 19 de junio de 2009

un HOMBRE como tantos...


Un hombre está sentado, con un diario en sus manos, en una sala de espera; desde temprano, cuando abrieron el gran portal del edificio. Refriega sus ojos para limpiarse lagañas. Acomoda las solapas de lo que lleva como abrigo. Alisa las arrugas múltiples de su pantalón. Botamangas ocultan su calzado. Es invierno. No tiene frío: transpira. Busca en sus bolsillos, amplios, un pañuelo de papel para secarse. Solo encuentra uno de tela. Siente su boca reseca. Busca, las pastillas para fumadores, que siempre lleva consigo y que le mejoran el aliento. No las encuentra. Pasa su lengua por dientes y labios. Hay un expendedor de bebidas, pero toma agua del bebedero. Han pasado tres horas. Le duelen los pies hinchados. Se levanta y comienza a caminar en círculo por la sala.
Entra una joven, lo observa con curiosidad y se sienta lejos. Él, la mira desafiante, dobla el diario y lo guarda en un bolsillo. Se vuelve a sentar. Se cruza de brazos. Por un instante, solo por un instante, lo vence el sueño y su cabeza cae sobre su pecho. Despierta estremecido y acomoda su cuerpo correctamente. Estira sus manos hacia la mesita de las revistas, toma una y la abre. Sus ojos se cierran y cae hacia delante.
La joven se sobresalta. Golpea la puerta que da a una oficina en busca de ayuda. Sale una secretaria. La joven le señala al hombre caído. La empleada llama al 911 y minutos después, entran un policía y un paramédico. Los dos preguntan, al unísono, qué hace un hombre en piyama allí. Las dos mujeres se miran desconcertadas. El policía, desconfiando, les toma los datos a las dos. Los hombres levantan al caído, lo ponen en una camilla y se lo llevan.
La secretaria pregunta a la joven a qué vino. – Por esto- contesta la joven, mostrándole un recorte de diario del rubro empleos.

sábado, 6 de junio de 2009

ANECDOTARIO
Mi viejo (80 años), sale todos los días a tratar de superar su propio record. Se anota un punto cada vez que logra que aflore una sonrisa en el OTRO. ¡Es un capo!


jueves, 4 de junio de 2009

el, yo, EL o ELLA...



Ella entra decidida al bar. La mañana despierta pero no es el olor a café recién molido el que la atrae, por que las náuseas no la han dejado dormir. Está tan ansiosa que necesita hablar con alguien; con cualquiera.
Tiene que esperar a la tarde para darle la noticia a su marido. Ella ya la intuía; él no. ¿Qué cara pondrá cuando se entere?
Elige una mesa no individual, en el centro del local. Acude al mozo y le pide un té. Cambia de parecer, porque pueden más sus ganas de festejar, y le pide un gin tonic. Mientras le sirve el mozo, al que parece que los bigotes le impiden abrir la boca, no deja de observar a otro cliente: está solo. Tiene su mirada clavada en el diario. Mueve su silla para llamarle la atención. El, ni se inmuta. Saca el último cigarrillo que le queda del atado y lo enciende haciéndose trampas a sí misma, porque se ha prometido dejar de fumar. Abolla el paquete con nostalgia. Mira a otra clienta que entra.- ¡Bingo!, está sola- piensa. El local ya está lleno de gente y tiene la ilusión de que le pedirá compartir la mesa. Pero no, está acompañada por un celular que no deja de darle lata. Oye un tango, que viene de una radio de la cocina: “cuando estés en la vía, sin rumbo y desesperao…”. Hace una mueca de disgusto. Le fastidia no encontrar con quién hablar. Paga la consumición y le da al mozo una buena propina. Espera que, incentivado, le comente por lo menos como está el día; pero no.
Se dirige a la salida. Empuja lentamente la puerta vaivén. La luz del sol ha bajado lentamente desde las terrazas hasta las veredas. Se acaricia el vientre y con voz suave pregunta -¿conversamos?

jueves, 28 de mayo de 2009

EL


Estudió teatro. No tenía la aspiración de ser famoso como actor, no. Su deseo era llegar a manipular a la gente. Quería ser perfecto en ello, porque le daría poder. Desde chico se fue dando cuenta que era posible. Observaba a las personas hasta darse cuenta qué esperaban de él, para recién después relacionarse con ellas y utilizar su histrionismo. Su vida se convirtió en escenas de comedia, drama…Usaba distintas máscaras griegas según la ocasión lo requiriera: eso le garantizaba el éxito. ¿Miedos? Sí, los tenía: a la falta de dinero, a la soledad, a la falta de control sobre los otros… pero contra eso sabía batallar.
A la angustia no la conocía; pero un día ella se le presentó. Fue en el día de su cumpleaños, cuando después del festejo se miró en el espejo.Vió que había encanecido. Descubrió que para él, como para todos, llegaría el no ser.

DESPERTARES

1-2-3-4 1-3-2-4 4-1-3-2.


Encontró basura desparramada sobre la vereda. SU basura, porque ella vivía sola. Ser soltera y virgen era su blasón. Vio vísceras de pollo, el aerosol mata cucarachas, pañuelitos descartables…
Era la más limpita de la cuadra; la primera en barrer la vereda por las mañanas y en sacar la basura por las noches colocada en dos bolsas, una dentro de la otra para evitar algún accidente. Cenaba temprano y frugalmente, veía un rato la tele desde su cama y se iba durmiendo despacito como lo hacen los que saben del deber cumplido, o los muy aburridos.
Mientras apresurada recogía los desperdicios, no dejaba de pensar quién podía haber sido el causante de semejante atropello. La desagradable situación siguíó repitiéndose cada mañana, pero con algunos cambios.
A veces, encontraba toda su basura esparcida y las bolsas semidestrozadas en las veredas de de otros vecinos. Eso la tranquilizaba un poco. -No, no es una cuestión personal- pensaba. Otras, encontraba su basura solo algo desparramada y las bolsas a medio abrir, lo que la llevaba a pensar que era algún indigente que rompía las bolsas en busca de comida. Ella, que nunca atendía al que tocaba su puerta a pedir algo para comer, comenzó a hacerlo, con la ilusión de que si era uno de ellos dejara de hacerle daño. La situación se tornó peor. Intentó otro método: guardaba las bolsitas del supermercado y cuando pelaba frutas las colocaba en una, los restos de carne en otra, lo que desechaba de las verduras en otra…. Todas las bolsitas iban a parar a dos bolsas de basura, como siempre, una dentro de otra. Las bolsas aparecían desgarradas, tiras negras del vestido de una mujer violada.
Decidió ponerle fin a la situación. Su cena dejó de ser frugal. Pedía por teléfono abundante comida ya hecha, se sentaba cerca de la ventana, piedra en mano, decidida a ganarle al maldito. Andaba nerviosa por la falta de sueño, la gastritis y la colitis. Aunque la casa olía a excremento, ir al médico significaba para ella una pérdida de tiempo. El ansia de venganza le dibujaba una sonrisa cada vez más siniestra, porque no lograba ver al que la atormentaba.
Una mañana se levantó y lo primero que hizo, como siempre, fue acercarse a la ventana. La vereda estaba limpia (las hojas que el otoño amontonó, no le importaron) y la bolsa de basura intacta en el canasto. Siguió espiando por las noches, pero su vereda amanecía impecable.
La angustia de la espera se le hizo insoportable, hasta desbordarla, a tal punto que estallaba en crisis de llanto: nada ni nadie le quitaría el placer de la venganza. Una noche salió, desparramó su basura y siguió espiando.

jueves, 14 de mayo de 2009

LOS EXPEDIENTES X



Juan, como todos los días de sus días, llega a su oficina en el juzgado. Se sienta y suspira desalentado mirando la larga fila de expedientes que tiene que ordenar.Hace tantos años que hace el mismo trabajo que se le ha instalado un chip en su cabeza: según el tema, el número, fecha de entrada… A algunos ya los identifica por que los juicios son tan largos que van y vienen, eso cuando al juez se le ocurre ocuparse de la causa, porque en la mayoría de los casos van a parar a un estante y nadie se acuerda de ellos.
Hace algunos días que su rutina se viene complicando. Cuando le piden un expediente tarda en entregarlo porque éste, se halla en un lugar que no le corresponde; otras no lo encuentra aunque lo busque meticulosamente. Algunas veces se alegra porque lo encuentra inmediatamente, pero sus páginas están en blanco. Es raro que uno esté exactamente en el lugar en que lo dejó.
Comienza a trabajar más horas pero su eficiencia es cada vez menor. El jefe lo ha citado en su despacho para llamarle la atención. ¡Justo ahora que se está por jubilar y pensaba que lo haría con medalla de honor! Está obsesionado.
Cada día llega a su trabajo más temprano. Se sienta en su silla mirando desafiante a los expedientes que parecieran reírse de él. Los vigila hasta la hora de salida para cerciorarse que no han cambiado de lugar. Todo es inútil.
Analiza que orden hay dentro del des-orden. Al fin comprende: se han hartado del criterio de elegido por sus superiores; están decidiendo donde estar porque saben que muchos, pasaran años olvidados en los estantes. Informa sobre la lógica que han adoptado para moverse. Sus superiores y todo el personal, después de un largo debate, la aceptan: los que se sientan cómodos en el lugar que se los coloque, podrán quedarse allí; los que cambien de lugar porque han encontrado pareja o un amigo, también. A los que ya se les han borrado las páginas o se les borren en el futuro serán incinerados y se los colocará en una urna común, a la vista de todos, para que se los reverencie. A algunos de los que se fueron sin previo aviso se les mandará una carta documento para que regresen, porque en la huída han dejado algunas pequeñas hojas que los extrañan.Los juicios se van agilizando ahora que todos los oficinistas han adoptado, para organizarse, la misma lógica de los expedientes.

MARUMBA


Africa. Media mañana. Sol. A Marumba le gusta jugar mientras sus padres trabajanen la plantación de bananas. Compite con su sombra. Va rotando su cuerpointentando que ésta lo acompañe. No lo consigue. Ella permanece en el mismolugar. Al medio día deja de de hacerlo porque su sombra se va, él no sabe donde.Más tarde vuelve y el juego continúa.Marumba ha enfermado. La fiebre de la malaria lo consume en su catre. Se sientemuy decaído y no piensa en jugar. Han venido los trabajadores de la salud en laclínica móvil y lo han medicado. Pasan cuarenta y ocho horas.El niño negro despierta. Se siente ágil. No tiene ya dolores musculares, ni hambre, ni sed. Solo quiere jugar-¿Dónde andará mi sombra?- se pregunta.Africa. Media mañana. Sol. Todos tienen su sombra: la casa, el bananero, Kunta. Marumba grita- ¡Kunta…¡ ¿Por qué no encuentro a mi sombra?3 de junio : día de los mártires en UGANDA

DESPEDIDA SIN AVISO



Sabía que me volvería a suceder, pero no de ésta manera. Ella se fue sin avisarme. Otros también se están yendo; pero es distinto… Me van dando indicios de que lo van a hacer aunque a ninguno le preocupe que me voy quedando sola. Sola en la estepa. Aquello de “entre nosotras no hay secretos” y bla, bla, bla…¡puras patrañas! ella me dejó sin contarme su plan. Si cree que voy a sufrir está muy…, pero muy…equivocada.Al velatorio no voy a ir. Los hacen para dar oportunidad de chusmear ,cuerear y de paso tomarse un cafecito gratis. No digo los íntimos que seguramente la van a extrañar. Yo prefiero quedarme en casa, total, ella fue la que quiso irse.Tengo que pensar que me voy a poner mañana para el entierro. ¡Ah sí, ahí estaré¡ Ya sé . Me pondré el vestido corto que me criticaba por que decía usaba el rojo para hacerme la pendeja. ¿Llorar? Ni que me maten.¿Dónde está el puto pañuelo? ¡Te odiooooooooooooo Ana!

MANDATOS


Te han cercado. Te ordenan aunque no escuches sus voces. No te tocan pero sentís el duro golpeteo de sus dedos índices en tu cuerpo. Sigilosamente te vas deslizando bajo la sábana y te tapás la cabeza. Inútil; ellos saben que estás ahí, que siempre los obedeciste y no te dejarán escapar. Ya no pedís auxilio porque sabés que ellos son los más fuertes. Apretás más y más, con tus manos temblorosas, el cuchillo que hace días guardás bajo la almohada. Vas sintiendo que un tibio líquido te va calentando y te vas tranquilizando. Ya no sentís miedo, Ya no tiritas… Ya no sentís NADA…

miércoles, 13 de mayo de 2009


-Sr. Hernán Pedrozo: ¿Jura sobre estos Santos Evangelios, decir la verdad y nada más que la verdad?

-Sí, Su Señoría.

-¿Cómo se declara, culpable o inocente del asesinato de la señorita Maya Montenegro?.

- Inocente, Su Señoría.

_ Sr. Pedrozo, dado que ha decidido encargarse de su propia defensa, le ruego comience con su descargo.

-Bien. El día sábado 28 de febrero del 2009 estaba esperando el corte de semáforo en la intersección de las calles 18 de Diciembre y Mitre, en el partido de San Martin. Junto a mí se paró una señora muy mayor. Luego ustedes me dijeron que su nombre era Maya. ¡Ah, perdón! Debo decir que a ésa altura de los acontecimientos yo ya conocía a la señora, que desde ahora llamaré Maya.

- Joven: ¿La conocía? ¿Está dispuesto a sostenerlo, aunque eso lo perjudique?-Sí, Su Señoría. Continúo. Me bastaron pocos minutos para hacerlo. El tiempo que tardé en recorrer detrás de Maya media cuadra de la 18 de diciembre; para mí una eternidad. Su cuerpo, mango de paraguas de madera curva, le permitía ver solo lo que estaba a un metro y medio de altura del cascote en que vivimos. ¿Caras? Pocas. La chocaba cualquiera que, de apurado, no la viera o no quisiera verla. El tamborilleo en código morse de su bastón sobre las baldosas me sonó a conjuro. Pegó un saltito de pajarito aprendiendo a volar. Creo que tropezó . -¡Callo de mierda!- le oí decir. Se ve que le dolió. En fin. La cuestión es que caminó sigzagueando media cuadra y yo detrás. No encontraba manera de esquivarla. Al fin, paró. Se apoyó en la pared y tanteó la cartera que traía colgada en bandolera. Miró sigilosa para todos lados. Se la veía agitada. -¿A qué le tiene miedo?- me dije en voz alta – A su edad lo único que debe llevar consigo es algún documento y algunas moneditas- Aproveché para adelantármele. Cuando estaba en la esquina esperando el cambio de semáforo ¿A quién tengo a mi lado? A Maya. No podía haberme alcanzado tan rápido. Alzó sus ojos y me miró. ¿Pudo ver mi rostro? Me di cuenta de sus medias lágrimas y de su cansancio infinito e irremediable - ¿Me ayudás a cruzar al otro lado?- me dijo. No le contesté. La línea recta que separa el bien del mal se me convirtió en viborita. Todavía no nos daba paso el semáforo cuando la empujé debajo del colectivo. Se mezcló con el asfalto. Soy inocente, solo la ayudé a cruzar al otro lado.

CARTA


Buenos Aires, 5 de junio de 2008
Querido ARIEL:
Esta vez las noticias importantes te las daré por carta, no por teléfono como acostumbro. Lo ocurrido me tiene confundida y lo que te diga no lo podré arreglar ni negar; en cambio lo que te escriba sí. Me ayudará a ordenar mis pensamientos y a que me comprendas mejor.
Ayer murió la abuela. Lo que estaba ocurriendo no te lo conté antes porque estás tan lejos…, y no quería preocuparte. A la distancia uno sobredimensiona las cosas. Ahora, ante lo inevitable, ya no tengo excusas. No es justo que, cuando vuelvas, te encuentre con una sorpresa. Por un lado estoy triste porque, aunque sabía que ella no me reconocía, me gustaba mirar sus ojos perdidos quién sabe en qué recuerdos y tratar de saber si en ellos estaba yo. A veces la hacía sonreir. No sabía si lo hacía conmigo o con una sombra pero igual me alegraba. Por otro lado, estaré más tranquila. Ya no tendré que preocuparme de si come, si recibió su baño diario, si su tos se convertirá en bronquitis o si sus escaras terminarán sangrando. La cremamos.
Sabés que yo quiero lo mismo para mí. No soporto pensar que me comerán los gusanos, ni que se preocupen por si fueron o no a visitarme al cementerio o en qué fecha tienen que renovar el permiso de la municipalidad. Quiero que mis cenizas estén en el mar o en cualquier río, pero que sea en el agua. Ante la muerte de la abuela, sé que no puedo pedirte que me prometas que ése día no estarás triste. Mi otro deseo sí debes cumplirlo; quieras o no. Cuando vuelvas, no sé ni deseo saber cuándo, no te enojes con los demás si me ves viviendo en un geriátrico, por que será por decisión mía. Si no puedo valerme por mí misma, no quiero darle trabajo a mis nueras, ni soportar que mi familia me ordene la vida. Una cosa es que una mucama te dé un plato de comida fría o te ordene a qué hora ir a dormir y otra que lo haga un pariente. Quiero vivir tranquila, con mis fotos, mi música, mis cuadernos y mis libros.
Eso sí, no te olvides de traerme el perfume de la última vez.
Te quiere:
Mamushka

martes, 12 de mayo de 2009

NO CIERRES LOS OJOS EN LA OSCURIDAD




Los dos están tendidos en los sillones de la sala. La luz tenue de una lámpara apenas los perfila.-Patea- dice ella sin dejar de acariciar su vientre prominente- Me acaba de llamar tu sicóloga. Me dijo que sufriste… un ataque de pánico.-Iba en el tren, hacia la oficina, pero sentí tanto miedo de llegar que los músculos de mi cara comenzaron a contraerse de manera involuntaria… Decidí volver a casa a pié. No podía, en ese estado, afrontar las responsabilidades del trabajo. Pasé por el consultorio de mi sicóloga. Conversar con ella me contuvo- explica él.- Debe ser estrés por el trabajo. ¿Por qué no tomás unos días de vacaciones? Podemos pedirle el departamento de Mar del Plata a tu hermano. Ahí podemos descansar los tres- susurra ella, apoyando sus pies hinchados en uno de los brazos del sillón.-¿Qué? ¿cómo nos vamos a ir si vos tenés que trabajar?- contesta él alterado.- Acabo de renunciar. Te lo pensaba decir ésta noche en cuánto llegaras. No lo hice porque para mí es más importante que me dijeras que te ocurrió-contesta ella con voz serena mientras alarga su brazo hacia él con la intención de tocarlo.- ¿Justo ahora?- pestañea él.- Es que esperamos tanto éste bebe- contesta ella, mientras lucha por acomodar un almohadón bajo su cintura-, que decidí que por lo menos durante los dos o tres primeros años debemos darle los mejores cuidados.- Esa es tu decisión. A mí me ayudó mucho la terapia. Ahora lo tengo todo claro. Creo poder ser un buen esposo; nunca un buen padre- dice él con tono firme.Durante un rato largo se mantienen en silencio. La oscuridad se va adueñando de la sala; él la profundiza - Quiero el divorcio.

sábado, 9 de mayo de 2009

RIO


Mis zapatillas han decidido parar al borde de la barranca húmeda. Una briza suave trae, desde lejos, aromas que aspiro como un adicto. Las ramas de los sauces se inclinan y sus manos acarician el agua. He perdido la noción del tiempo que llevo aquí. De tanto en tanto, el canto monótono de las cotorras me sacan de mi ensoñación. Mis ojos,obstinadamente,no dejan de mirar la corriente empeñada en llevarse con ella los pocos centímetros de tierra que me protegen de la caída.Quiero olvidar mi pasado tormentoso; mi presente me es indiferente.¿Por qué por momentos retrocedo? El agua va formando un remolino cuyo punto central se hunde hacia el fondo fangoso. Comienzo a sentir vértigo. Sí, mi destino final es el rio.

lunes, 16 de marzo de 2009

ELLOS




cerradura--- agujero
dentro la soledad y
YO
afuera la luz y

ELLOS
a veces me atrevo a espiarlos
pero nunca a salir...

jueves, 26 de febrero de 2009

¡HOLA AMIGOS!


Creo que fue Sócrates el que dijo algo así: Existen dos tipos de ignorantes: el necio que no sabe y cree que sabe y el sabio que no sabe y reconoce que no sabe.
Saber...saber....Si logro editar ésto perdonen mis errores. Yo de blogs no sé nada.
FLOR DE CEIBO