lunes, 7 de septiembre de 2009

...a PEDRO


A Pedro las promesas de vida se le coagularon
no hubo ruego que lo ayudara a patear la muerte
ni siquiera los prodigios de Lulios Obsequens

La voz de un cura se ocupó de cantar en su memoria

Observé el cortejo fúnebre
Observé queriendo demorar el paso del tiempo
en la espera con rumor a lilas
obsecionado con lo que tenía que ocurrir no ocurriera
No fui obsecuente con la muerte
como perro conformado con los huesos
Las siluetas se movieron vestidas con observancia a la ley
de negro
Los enlutados se ocuparon de llenar con tierra el agujero y el vil ataúd

Padre: ¿No hay para Pedro un féretro donde no falte la luz?

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