jueves, 23 de julio de 2009

LOS DOMINGOS POR LA NOCHE




La gente está encerrada en sus silencios
Nadie mira las luciérnagas del cielo
Apresuran el mañana con el despertador

Cenan algún que otro desecho del almuerzo
El café queda olvidado en la alacena
Las risas de los niños se apagan
Aparecen de la nada los piyamas

La calle se siente sola
no se escuchan las baldosas
solo algún coche retrasado


Hay tristeza de vacaciones terminadas
se teme y se desea que el día finalice
para poder meterse en la cama
sin sueño


5 comentarios:

  1. Me gusta y me encanta que estés abriendo el abanico de temas.

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  2. Irene me parece un hermoso poema y un perfecto pero a la vez triste relato de la voragine de nuestros de las ciudades que nunca paran .

    Besotes

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  3. Los domingos a la tarde cambian con esta poesía.

    Muy lindo.

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  4. ¡GRACIAS POR LOS COMENTARIOS!

    SE ACEPTAN CRÏTICAS CONSTRUCTIVAS

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  5. Este poema me pareció excelente!
    Muy muy bueno, me impresionó!
    Mucha expresividad!

    Saludos!

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