¿Por qué me atemoriza? Es sólo una hoja. No verde, no amarilla, blanca. Me mira inquisidora y demandante. Intento poblarla de palabras. Se rebela. A ser teñida de negro, se rebela. Desafiante, la punta de mi lápiz la hiere. Le agujerea la cabeza y el corazón. Se tiñe de rojo. La arrugo y la descarto. Me arrepiento. La aliso suavemente. Ella, mi mano y mi lápiz, somos rojos. Reconciliados, borrachos de pasión escribimos una historia; nuestra historia delatora de secretos.
miércoles, 26 de agosto de 2009
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un muy buen poema-ensayístico sobre lo que nos pasa a los escritores.
ResponderEliminarMe gusta mucho el final.
Este comentario ha sido eliminado por el autor.
ResponderEliminarUn honor, gran jefe, que hayas pasado por aquí.
ResponderEliminarmuy bueno irene!! escrito de una forma muy bella, y muy real la situación de profundo abismo frente a la hoja en blanco.
ResponderEliminarSaludos!
AGOS: ¡VOLVISTE!
ResponderEliminarYa sabés cuánto te respeto, bombón.